Primer PREMIO Exposición “Pequeñas Expresiones” del HGA. Estados Unidos, 2009.
Esta obra es un gran ritual de reciprocidad a la vida, a la naturaleza y al universo. El maestro usa colores cálidos y alegres, a la vez que con sus formas cubísticas nos muestra al ser humano y a las criaturas en acto de celebración y alegría.
Un rostro humano femenino que se yergue en el centro de la obra, que a la vez es una montaña acogedora como si tuviera los brazos extendidos hacia los hijos que viven de ella simbolizando que la vida es una eternidad y que los seres que aquí poblamos, solamente percibimos las diferentes formas de nuestro ser. Las diferentes formas de los rostros simbolizan a las diferentes culturas que pueblan nuestro mundo.
